sábado, 24 de agosto de 2013

¿QUIÉN SE HA COMIDO MI QUESO?


Es el título del libro de Spencer Jonhson que relata una bella parábola sobre cómo afrontar la adversidad. Comienza así: “érase una vez, hace mucho tiempo, en un país lejano, donde vivían cuatro pequeños personajes, que recorrían un laberinto buscando el queso que les alimentara y les hiciera sentirse felices”. Cierto día el queso desapareció y cada uno de los personajes (dos ratones: Fisgón y Escurridizo, y dos liliputienses: Hem y Haw) reaccionaron de forma diferente ante esta adversidad: pasivamente, maldiciendo a los que se lo habían llevado o poniendo los medios para encontrarlo. Un día, tras diferentes dudas y cavilaciones, se ponen en marcha en busca del “queso”, y tras superar diferentes obstáculos, encuentran un “nuevo queso”.


Reflexión: Aquí el “queso” puede representar los objetivos, que cada uno se programa en el laberinto de su propia vida: ganar dinero, conseguir poder, ser famoso, formar una familia, etc. Y cómo tras la frustración, por no haberlo conseguido se produce la angustia por la pérdida. No obstante, esta misma situación puede catapultar hacia nuevos objetivos o “nuevo queso”, más asequibles y posiblemente más placenteros.


Este relato nos aporta una gran lección: ante cualquier adversidad (pérdida del queso) lo más significativo no es la pérdida en sí, sino cómo reaccionamos: pasivamente, quejándose de la mala suerte o actuando.   Además, podemos afirmar que la adversidad forma parte de nuestras vidas. Unos mas que otros hemos pasado por la fragua del sufrimiento. Pero, lo importante no es la cuantía de las adversidades que hemos pasado, sino cómo las hemos combatido. Por esto, es un error la actitud de las personas que “presumen” de sus adversidades, como si fueran medallas que han conseguido en el campo de batalla de la vida.

Para terminar, cuatro pensamientos entresacados del mencionado libro:

“Cuanto más importante es el queso para ti tanto más deseas conservarlo”.
“Si no cambias, te puedes extinguir”.
“El movimiento hacia una nueva dirección te ayuda a encontrar un queso nuevo”.
"Es más seguro buscar en el laberinto que permanecer en una situación sin queso”.


Alejandro Rocamora Bonilla, Psiquiatra-Miembro fundador del TE

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