viernes, 29 de mayo de 2015

LOS 8 PASOS PARA LA PRÁCTICA DE LA INTELIGENCIA EMOCIONAL

El único Manual de Instrucciones que tengo en la vida…
es el de mis sentimientos…
(Anónimo)


Entendemos por Inteligencia Emocional a la capacidad que todas y todos tenemos para identificar, comprender y manejar nuestras emociones de la mejor manera posible. Así, la puesta en práctica de la  inteligencia emocional nos ayuda a mejorar nuestras relaciones con los demás, a conseguir nuestras metas y objetivos, a manejar mejor el estrés y a superar obstáculos que nos parecen insalvables.

Las emociones están presentes ante cualquier acontecimiento que sucede en nuestra vida. Tanto las emociones positivas como las negativas conforman nuestras vivencias. Escucharlas y  aprender a reconocerlas puede sernos de gran ayuda, tanto para nosotras mismas como para las  personas que nos rodean.
Todas y todos podemos desarrollar nuestra inteligencia emocional, es sólo cuestión de empezar a escuchar lo que nuestras emociones nos están diciendo y aprender a tenerlas en cuenta. Os animo a ponerla en práctica con estos sencillos 8 pasos.

Para poner en práctica los 8 pasos es mejor comenzar cuanto te sientas molesta o molesto por algo. Busca un lugar cómodo donde puedas sentarte y adelante!
  
PASO 1: Ser consciente de mis emociones

Escucha tu cuerpo. Cuando sientas una nueva sensación de enfado presta atención a lo que sientes en tu cuerpo: espalda, estómago, pecho, brazos, garganta, cara. Pregúntate en qué parte de tu cuerpo sientes la tensión.





PASO 2: Dar la bienvenida a la experiencia emocional

Permítete sentir lo que sea que sientes. No lo juzgues, no le des un calificativo negativo. Acepta lo que sientes. Es así. Sentir lo que sientes es inevitable.







PASO 3: Describir mis sentimientos con palabras

Ponle nombre al sentimiento. Encuentra palabras que te ayuden a expresar lo que llevas dentro. Deja que salgan las palabras. Puede ayudarte escribirlo, puedes llevar un diario de sentimientos.




PASO 4: Identificar mi sentimiento o sentimientos primarios

Pregúntate: ¿Es esto lo que de verdad siento en el fondo? ¿Es este el sentimiento más central? Para contestar a esto puedes apoyarte en estas otras preguntas:
¿Siento alguna otra cosa que venía de antes?
¿Aparte de esto, siento alguna cosa más?
¿Estoy tratando conseguir algo con este sentimiento?
Si la respuesta a alguna de estas tres últimas preguntas es “SI”, es muy posible que tu sentimiento no sea central. Escucha de nuevo tu cuerpo y vuelve a los pasos 1 y 2. Si la respuesta es “NO”, continúa.

PASO 5: Evaluar si ese sentimiento primario es saludable o no

Para ello pregúntate:
¿este sentimiento es una respuesta a experiencias de mi pasado, en lugar de ser una respuesta a lo que me ocurre AHORA?
¿existe un patrón repetitivo de este sentimiento de malestar? ¿me pasa muy a menudo?
¿es un sentimiento de estar atascada/atascado que me resulta familiar?
Si la respuesta a estas preguntas es “SI”, es posible entonces que sea un sentimiento que no es saludable para ti. Si la respuesta es “NO”, se trata de un sentimiento nuevo, en este caso saludable, que responde a la situación actual. En este caso puedes ir al paso 7.

PASO 6: Si no es saludable, identifico la voz negativa y los pensamientos destructivos asociados a ella.

  • Primero, reconoce la emoción no saludable. Siéntela y nómbrala:  “me siento destrozado por dentro”, “me siento humillada”, “siento un malestar destructivo”…
  • Descubre los pensamientos que se esconden detrás: “no sirvo para nada”, “nadie me quiere”, “no merezco amor”, “siempre estaré sola/solo”… Estas son las voces negativas y los pensamientos autodestructivos que contribuyen a mantener esas emociones no saludables.
  • Mira esos pensamientos hostiles, obsérvalos como si fueran unos críticos y dictadores que te señalan. Reconoce que ellos son los que te paralizan y te causan problemas.

PASO 7: Descubrir respuestas  y alternativas saludables, y confiar en ellas

Busca ahora tu voz sana, basada en sentimientos genuinos que te ayudan y te ayudaron a adaptarte a las situaciones de la vida. Identifica estos sentimientos saludables como respuesta a esos críticos y dictadores. Descubre lo que te están diciendo los sentimientos saludables.


Cuando es saludable…

  • el enfado te dice que tus límites han sido violados
  • la tristeza te dice que has perdido algo
  • el miedo te dice que estás en peligro
  • la vergüenza te dice que te has expuesto en exceso
  • la repugnancia te dice que lo que estás experimentando es malo para ti
  • el dolor te dice que la sensación de ti misma/mismo está hecha pedazos
 Acepta el sentimiento y utilízalo como si fuese tu guía personal:

  • el enfado te prepara para proteger tus límites
  • la tristeza te prepara para llorar o buscar un espacio de duelo
  • el miedo te prepara para huir, alejarte
  • la vergüenza te prepara para esconderte (en ese aspecto)
  • la repugnancia te prepara para poder rechazar, poder decir No a una situación, persona, etc.
  • el dolor te prepara para no repetir el suceso doloroso. Si tu sentimiento primario es dolor, afróntalo, vívelo y aprende que puedes sobrevivirlo.

IDENTIFICA TU NECESIDAD, TU META

Es momento en este paso, de identificar tus necesidades no satisfechas o tus preocupaciones o metas más básicas que no están siendo atendidas. Exprésalas. Date cuenta de que no es proceso intelectual, sino que es algo que viene de dentro, del sentimiento. Siente la emoción que no es saludable y entonces, siente cómo surge también un nuevo sentimiento saludable.

Te puede ayudar preguntarte:

  • ¿Qué necesito realmente? deja que la respuesta salga de tu estado emocional
  • ¿Cuándo, en qué momentos siento lo contrario del sentimiento que No es saludable? ¿Cuándo me siento valiosa/o, segura/o, competente y más integrado? Concéntrate en ese estado, siente la emoción de esos momentos. Este también eres tú, entonces pregúntate de nuevo “¿Qué necesito?”
  • ¿Qué puedo hacer para ayudarme a mí mismo/ a mí misma? Revisa si tú puedes darte lo que necesitas.
  • ¿A quién puedo acudir para recibir algo de lo que necesito? Seguro que hay alguien que está dispuesto a echarte una mano.

Puedes clarificarte dándole sentido a lo que el sentimiento y la necesidad te están diciendo:

¿Qué hay en esta situación que me hace sentir de este modo?
¿Cuál es de verdad el tema de fondo?
¿Quién es responsable de qué?
¿Qué puedo aprender de esta situación? ¿Qué puedo aprender de mí mismo/de mi misma?

PASO 8: Transformar mis emociones no saludables cuestionando los pensamientos destructivos.

  • Pon en duda tus creencias negativas con la ayuda de tus sentimientos y necesidades saludables. Por ejemplo, si tu creencia es que no eres lo suficientemente bueno/a, ponla en duda a través de tu necesidad sana de apoyo: di “no necesito crítica, necesito apoyo”.
  • Utiliza la emoción central saludable que hayas encontrado para superar tu estado negativo. Busca la calma interior debajo de tu sentimiento de desdicha. Deja que te consuele. Todas y todos somos dignos de amor y de apoyo. Todas y todos somos valiosos por nosotros mismos.
  • Permite que tu lado más saludable y positivo contacte con tu lado más negativo. Deja que los dos se combinen y que incluso el lado sano se ría un poco del menos sano. Integra la vergüenza y el orgullo en una sensación de valía; el miedo y el valor en una sensación de fuerza; la ansiedad y el deseo en una sensación de conexión y sensibilidad. 
Habla con alguien en quien confíes y que sea capaz de ponerse en tu lugar. Encuentra una persona con la que te sientas bien, y si es necesario busca un terapeuta o un consejero.

Y no olvides nunca que….


Remeis Jiménez. Filósofa y Terapeuta Gestalt Integrativa, Colaboradora del T.E. de Valencia

Fuente: Emociones: Una guía interna. Leslie Greenberg. Ed Desclée de Brouwer. 2000.

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